domingo, 25 de octubre de 2020

El reflejo de la palabra

Un remolino de jazmines 

asoman por el corazón

de la tierra

¿Donde pisan mis pies cuando me aferro a la creencia?

un rayo me acaricia
al efímero cuerpo
de mi composición
¿de dónde vengo yo?

Me abrazo a las líneas
del fuego
que perfuman mi curiosa
fragilidad.

Un circulo de florido ritual
interrumpe la tarde
¿A dónde es el lugar del nosotros?

un reflejo rebota
en la mirada de quien se mira
a si mismo
y se toma de la mano de otros,
para bailar
el último suspiro de
humanidad.


Constanza Llopart 

domingo, 18 de octubre de 2020

Un perfume y un olor

 

El pasillo al entrar a la casa

es largo

Hay que pasar dos puertas

el garage, oscuro y fresco

y luego aparece la luz

del living

con las cortinas verdes seco

dejando pasar el solcito del mediodia

y el canto de los pájaros

del patio.

De la cocina sale un olorcito

-hasta  se me hace que es de hoy-

que Invade toda la casa

y se  mezcla con los jazmines

que estan en el centro de la mesa.

El olor me inquieta

Y llamo a mi abuelo

-Manuel ¿cómo andas?

Muy concentrado lo veo,

Prepara el pan

(recalentado de unos días)

los platos, el vinito tinto

y se sirve.

Se sienta y me dice:

-Me hice una costelera con cebolla-

y se sonríe.




Asi quiero a mi abuelo,

con aromas simples

entre porfía y porfía.




Constanza Llopart 

miércoles, 14 de octubre de 2020

La poesia, después la carne, el vuelo III

 ¿Como nombrar lo que se fue?

¿Una caricia sobre la piel?

¿Un perfume viejo?

¿el olor de lo que olvida?

Y...si, lo que no se comparte ¿se pierde?.


Perder, perder...esa acción del tiempo recto que no nos deja respirar. Parece que corres. 

Y...si la escucha se vuelva sorda ¿no existe ya nuestra canción?. 


Estruja tu corazón, deja la razón.

Amarra el recuerdo y liberalo.

Saca la voz, hacela pajaro. 


Pero..no te quedes conmigo, ni con mi imagen, ni con mi olvido. 

No tengas miedo, ya paso la carne,

Ahora viene el espíritu.

Vuelo alto, si, vuelo alto,

porque siempre quise jardines, perfumes, aromas...

....como viajar sin estar en el lugar.

Y...si ¿eso no es la muerte? ¿Que será?.

Abrázame, abrázame y abrázame tanto que,

seré tu abrigo en invierno, el humito del te junto a la poesia que lees.

Y..también seré, 

el dejar caer las hojas en otoño, para entonces,

encontrarnos en la primavera, donde

sere un tilo, un jazmín, o quizás también sere una flor,

Roja, celeste, verde, pero al fin, violeta. 

Así entonces, enfrenta el ocaso,

ahí voy...ahí voy caminando

con la última luz del sol al caer,

para hacerme color con la luna.



La poesia, despues la carne, el vuelo II

 El animal está ahí, esperando.

La tierra latiendo,

y el grito pronunciado 

de una libertad esperada.

Ahí estaré, estaremos.


No me mal entiendas,

Seremos, donde más nos recordemos.

Baila,

Sentí el cuerpo,

Mira, mírate.

Ahí voy, sintiendo...

Este leve desapego

Que remonta vuelo. 

La poesia, después la carne I , el vuelo.

 Cuando yo me muera 

no quiero una pena,

Quiero jardines con flores bellas.

Un trueno sutil de poesía,

Un rayo como

Abrazos de colores que viajan 

al fondo,  de mi, de nosotros.

La distancia es una canción,

un recuerdo juntos,

un olvido que revienta 

en una carcajada compartida.

Lo que puede un tango ("El resplandor y la sombra")

 Un leve caminar

entre el resplandor y la sombra

A la embriaguez

de su recuerdo,

Rechinan las piedras del camino.

¿A dónde va el viajero?


Decir oscuridad

y ser tu sombra.

Ahí va...el viento, el Rayo, el trueno,

el instante sonoro

de reconocerse en el diminuto

Haz de luz.



                                         Constanza Llopart